3 de noviembre de 2011

XVI Maratón Popular de Castilla La Mancha (Miguelturra), "maratonianos" tuvo a su heroe.


Aquí os dejo, la historia de un buen "maratoniano", Manolo Pina; el pasado 30 de Octubre, se dispuso a correr su 5º maratón, como el describe, fué el que mejor preparado iba... pero nadie va olvidar el relato tan emocionante de sus vivencias ante la desesperación de tener que dejarlo... No te preocupes son cosas que pueden pasar... Con ésta cronica demuestra lo grande que eres como Maratoniano, tendrás muchas mas oportunidades, y seguro que los resultados te recompensaran, éste ya el historia, ahora a recuperar y a pensar en el siguiente. 
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Domingo, 30 de octubre de 2011. Crónica de un gran día:
Ciudad Real, quinta maratón que me proponía completar tras haber acabado cuatro Mapoma´s, el último este año (precisamente mejor marca 3h45:10). Me había preparado Ciudad Real como ninguno de los anteriores, 14 semanas de metódica preparación sin fallar un solo día y ningún dolor que amenazara tormenta. Me encontraba fuerte, confiado y con más ganas que nunca. Mi objetivo era acabar, como siempre, y bajar mi marca.

Viajamos a Ciudad Real, madrugón que no cuesta porque la ilusión es mayor, saludo a compañeros del club, calentamiento, tres, dos, uno, comenzamos.

Llega la carrera y durante la primera media me crezco, sé que voy más rápido de lo que me proponía y me sale a 4:55 el km cuando con hacer 5:15 iba sobrado para conseguir mi meta. Sudaba más de lo habitual y las pulsaciones iban más altas de lo normal, pero me veía cómodo y fuerte. Además corría con 1000 personas al lado, una de ellas Ricardo Abad, el atleta que lleva trescientas y pico maratones diarias consecutivas y que te hace desendiosarte en cada metro que corres a su lado...todo bueno, hasta que llegamos al km 21 y pasamos la media.

Empezamos el 22 y empiezan los pinchazos en el pecho (¿?), mi ritmo decae, 700 compañeros de fatiga se han quedado en la meta pues sólo hacían la media maratón, segunda vuelta a un circuito feo de narices (excepto Miguelturra) y cada km se me hace eterno. Dolores en la pierna, pero sin llegar a sufrir lesión, la gasolina escasea, las piernas no responden y en el km 30 decido parar. ¡Qué dura decisión! Y cómo me dolió. Tanto que, al minuto de parar, hubo un momento en el que pasé un momento extraño de angustia en el que no me llegaba el aire, pero no por el esfuerzo sino por el disgusto.

Y así, 4 kms a patita y cojeando hasta la meta, vagando y atajando (o eso creí yo) por Ciudad Real, preguntando a la gente de la calle que me encontraba para que me indicaran donde estaba la salida y a la vez escondiendo alguna lágrima que se me escapaba y se cruzaba con la sal que adornaba mi cara. 

Así, hasta que en medio de una rotonda, fuera del circuito y sin nadie de la carrera alrededor, me encuentro a un corredor parado, de pie, con la cabeza y el tronco agachado y sin moverse ni un poquito. Le pregunto si le duele algo y me dice que ha abandonado (bienvenido al club) y que está acalambrado y que no puede moverse. Como yo ya he pasado por ese trance (tras mi tercer Mapoma, ¿recuerdas Blanquito?), sé lo que hay que hacer, le ayudo a tumbarse (en el suelo de la rotonda, vaya estampa manchega) y le estiro el gemelo levantando la pierna todo lo que puede. Le digo que se tranquilice, respira hondo y tras pocos minutos se le pasa, le ayudo a levantarse y nos vamos juntos hacia la meta. Al final, me toca consolarle. ¡Manda huevos!

Llegamos a la meta, nos despedimos y allí veo entrando a los corredores, con la excitación del final y esto produce en mí uno de los mayores desengaños de mi vida y el mayor deportivo con diferencia. La alegría sumada de acabar cuatro maratones es mucho menor que la decepción que me llevé el domingo.

Seguro que mucha gente dirá que ojalá todos los problemas que tengamos en la vida sean estos. Y yo también lo digo, pero que le vamos a hacer si somos como somos. Se pasa un domigo jodido que se atenúa con la compañía de los tuyos y la paella de tu padre, luego el lunes ya se descansa, el martes sales otra vez...

Y si he podido escribir todo este tocho hoy, tres días después y ya me puedo hasta reir de algunas cosas, significa que la cosa se queda ahí...

... continuará.

"ese detalle final, te dignifica mucho como corredor, compañero y como persona"

ENHORABUENA MANOLO!!

2 comentarios:

  1. Gracias por tus palabras y por tu trabajo, Javi.

    Un abrazo.

    Manolo.

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  2. Gran historia, gracias por compartirla. Ánimo y tranquilo, todos tenemos días malos, esto le puede pasar a cualquiera, y lo mejor es que quedan muchas oportunidades para resarcirte.

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